El derecho a la libertad de expresión de lxs integrantes de las minorías sexuales y de género debe ser respetado universalmente como parte de los derechos humanos más fundamentales, como lo consagra el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sin embargo, en los 78 países donde se penalizan las relaciones del mismo sexo, cualquier expresión positiva en el tema de la identidad sexual es censurado, lo cual coloca una barrera inicial a la posibilidad de promover el cambio, o de comenzar a abordar el estigma que padecen las minorías sexuales y de género. En muchos países más, la libertad de expresión en torno a las cuestiones de identidad de orientación sexual y de género está fuertemente restringida por leyes abusivas que equiparan la información sobre la diversidad sexual y de género a la pornografía, o la consideran intrínsecamente perjudicial para la infancia u ofensiva para la sociedad en general. Nuestro análisis revela que al menos el 70 % de la población